Mi viaje a la ilustración (2ª parte)

En mi primera entrada del blog os contaba cómo empecé a dibujar - la podrás leer aquí.

Gracias a mi llegada a Dublín y al nuevo comienzo que me trajo la ciudad, me reencontré con mi antiguo yo y me lancé a matricularme en un Illustration Bootcamp, con Adrienne Geoghegan. La parte final del curso consistía en una exposición real en Dublín: ¡qué emocionante, qué nerviosa estaba, pero cuánta energía me estaba dando!

Las ilustraciones que creé para la exposición Film Base de Dublín recogían realmente la esencia de mi primera experiencia como expatriada en esta ciudad en constante evolución. Cada dibujo es una representación visual de los momentos que aportaron alegría y risas a mi nuevo día a día en la Isla Esmeralda. Momentos divertidos que me hacían reír, las tonterías que se convierten en una broma interna entre amigos o simplemente para uno mismo a las que volver cuando está un poco bajo de ánimo.

Como expatriado en Irlanda, es posible que estas ilustraciones te hagan pensar en tus propias experiencias al navegar por una nueva cultura y abrazar el encanto único de este increíble país. O incluso si no has sido un expatriado en Irlanda, espero que estos dibujos simplemente te arranquen una sonrisa, independientemente de tu origen o destino.

Me encantaría conocer tu opinión sobre estas ilustraciones. ¿Te resulta familiar alguna de las situaciones? Si has estado en una situación similar, adaptándote a un nuevo país, ¿cómo recuerdas esos impactantes primeros días que viviste en tu "país adoptivo de elección"?

Gracias por participar conmigo en este viaje creativo.

Ireland, the nation where tissues feel like a natural part of your hands (from the humidity and always having to blow your nose!).

 

 

Saoirse, Caolàn, Cathal, Aoife, Tadhg, Bébhínn... If you thought you knew difficult names, you haven't seen Irish names! In all honesty, I think they are beautiful, just need a bit of training to pronounce them.

I used to live in the city center, and on the way to work and I was amazed at how quick anyone going to work could be. Despite wearing nice clothes like a suit, or an office-sort-of-skirt, people would get on the runners to make it quick to their office. Better be practical... (and have the nicer-looking shoes under the desk!).

I think there's no real limit on how many times someone can say "bye" on the phone before hanging up. Bye-bye-bye-bye-bye...

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